El boom de las tecnologías que ayudan a dormir mejor

Muse es una cinta para la cabeza que mide la actividad cerebral y entrega biorretroalimentación en tiempo real.

Distintas soluciones tecnológicas para promover un buen descanso intentan hacer frente a un problema global y en alza. Aunque el rubro avanza a pasos agigantados y lejos de un techo, los expertos recomiendan que estos gadgets sean solo un complemento de una solución integral.


Aunque el término Sleeptech es relativamente nuevo, define un rubro que va en pleno ascenso: las tecnologías para ayudar a un buen descanso se han multiplicado en los últimos años y han pasado a ser parte de uno de los nichos más potentes de la industria.

Un estudio de Data Bridge Market estima que el valor del sector en 2028 superará los 30.000 millones de dólares. “Si pensamos que el mercado objetivo de la industria Sleeptech es todo aquel que duerma, sin duda no solo seguirá creciendo, sino que creo que se encuentra recién en su fase de nacimiento”, dice Claudia Wróbel, Fundadora y CEO de Sonic Drops, una cápsula de inmersión sensorial validada científicamente que, usando luz, vibración y sonido, permite generar sesiones breves de descanso de alta calidad, pudiendo tratar el estrés, la fatiga y el dolor y mejorar el bienestar físico y mental.

La oferta cada vez más amplia de Sleeptech se explica en parte por la necesidad de resolver problemas que a nivel global se han potenciado en los últimos años por los efectos de la pandemia o la hiperconectividad.

“El exceso de información al que estamos expuestos, el exceso de trabajo, la ciudad y sus luces, las pantallas hasta tarde, el estrés. Todos los adelantos de la vida moderna de alguna manera han impactado en nuestro dormir. De hecho, nuestros padres y abuelos dormían alrededor de dos horas más por noche. Y claro, la pandemia sin duda aportó a que los trastornos del sueño se dispararan”, señala Wróbel.

Alejandra Escandón, neuropsicóloga, la complementa: “Como la mayoría de las cosas en la vida y en los trastornos mentales en general, las causas son multifactoriales. Sin embargo, desde la clínica hemos observado una incidencia importante de trastornos del sueño debido a rumiaciones, que es como se les llaman a estos pensamientos recurrentes que de alguna manera vienen y no necesariamente podemos controlarlos, sino que vienen e interfieren con la calidad de sueño porque llevan a otro estado cerebral que es opuesto al relajo”.

La almohada de Tesla puede reproducir música para relajarse, además de controlar la temperatura y monitorear el sueño.

Escandón explica que para poder dormir bien las personas deben disponerse para ello y así activar la red neuronal por defecto, que es aquella que ayuda al relajo y la desconexión. Por lo mismo, la mayoría de los implementos tecnológicos que se han desarrollado en los últimos años suelen accionarse en este proceso.

“Estos gadgets nuevos de tecnología suelen apuntar no diría que a intervenir esta red neuronal, porque es un proceso terapéutico más importante, pero sí a estimularla y a reactivarla frente a estos factores multivariables, principalmente al nivel de hiperalerta actual, que es una gran bola de nieve que ha ido creciendo”, dice Escandón, CEO y fundadora de la clínica Andes Neurofeedback, donde realizan tratamientos no invasivos, a través de electrodos instalados en el cuero cabelludo, que inducen estados de relajación.

Para uso doméstico

En el ámbito doméstico, la oferta es cada vez más variada y comienza con los artículos más tradicionales relacionados al sueño, pero reimaginados desde la tecnología. Por ejemplo, cubre colchones como EightSleep o BedJet monitorean el sueño y otros biomarcadores y toman acciones como regular la temperatura según lo que van midiendo. En cuanto a almohadas, Tesla ofrece una inteligente que incluye regulación de temperatura, seguimiento del sueño y parlantes incorporados con ruido blanco.

También están los pijamas con tecnología. La marca alemana Mey, por ejemplo, tiene una colección confeccionada con una tela que convierte el calor corporal en energía infrarroja y la que devuelve a la piel, oxigenando a las células, lo que ayuda a un sueño más reparador.

Además, hay otro tipo de accesorios con funciones similares. Uno de ellos es el anillo Oura, que hace un completo monitoreo del sueño del usuario, entregándole informes de sus patrones al dormir. Por otro lado, hay cintas para la cabeza como la de Dreem o Muse que miden las ondas cerebrales. En el caso de la segunda, va programando música según las necesidades que vayan arrojando las mediciones.

La luz es otro factor importante a la hora de dormir y, por lo mismo, varias soluciones van enfocadas en ese sentido. Phillips y Lumie tienen lámparas inteligentes que funcionan como alarmas que imitan la luz del amanecer para que el despertar sea más ameno. Por otro lado, los anteojos para bloquear la luz azul de las pantallas, que se pusieron de moda durante la pandemia, también sirven para predisponerse para dormir.

El cubre colchón de Eight Sleep detecta patrones de sueño, ajusta la temperatura automáticamente y genera vibraciones como despertador.

A todos estos artefactos también se suma el boom por aplicaciones para inducir estados que facilitan el sueño y disminuyen el estrés. Apps como Calm y Headspace, que son para meditar, también incluyen secciones para ayudar a dormir. También hay algunas como Sleep Cycle, que monitorean el sueño, recopilando información y ofreciendo alarmas inteligentes en función de eso.

Herramientas y no magia

A pesar del boom que están viviendo estos artículos, los expertos recomiendan que es mejor comprarlos consultando previamente con un médico. “Dado que no solo el sueño, sino nuestro cuerpo, es un delicado sistema que ha de ser tratado con igual cuidado y delicadeza, lo ideal es que posea base científica, idealmente estudios realizados a los efectos específicos de su propia tecnología en las personas”, dice Claudia Wróbel.

Además, por muy útiles que sean, también hay un consenso en que lo más conveniente es combatir los trastornos de sueño con soluciones integrales y cambios en los hábitos.

“Ningún tratamiento hace el trabajo por sí solo. Yo tengo que tener un trabajo personal de voluntad que me motive a cambiar, porque esa motivación es la que me impulsa a darme cuenta de los cambios. Es muy importante entender que uno necesita crear hábitos o reactivarlos. Entonces necesito armar una rutina nueva y para eso necesito querer hacerlo”, resume Alejandra Escandón.

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